El Contactor es el caballo de batalla que da vida a sus motores y sistemas de automatización. Cuando falla, la parada de la línea de producción es inmediata. Por ello, la anticipación es clave. Los síntomas de un contactor al final de su vida útil son identificables para el técnico experto: un ruido excesivo (zumbido) persistente, la carbonización visible en los contactos móviles, o un consumo anómalo en la bobina.
Prolongar la vida de un contactor defectuoso es un riesgo inaceptable. Las fallas no controladas pueden causar sobrecalentamiento, daños permanentes a motores o, en el peor de los casos, incendios. Al reconocer estas señales y actuar a tiempo, se elimina el riesgo de un costo por hora de inactividad catastrófico. Eureka no solo provee el reemplazo; le ofrece piezas con una garantía variable de 6 meses a 1 año, que es un testimonio de su calidad y un pilar en su estrategia de mantenimiento predictivo.